El tinte es una sustancia utilizada para impartir color a los textiles y otros materiales, de modo que el color no se altere fácilmente con el lavado, el calor, la luz u otros factores a los que es probable que esté expuesto el material.
Una fábrica de tintes se encarga de crear estos productos, manteniendo todas sus características. Los tintes difieren de los pigmentos, que son sólidos finamente molidos dispersos en un líquido, como pintura o tinta, o mezclados con otros materiales.
Si queremos revisar la historia de la creación de una fábrica de tintes se debe tener en cuenta que el color siempre ha fascinado a la humanidad, tanto por razones estéticas como sociales.
A lo largo de la historia, los tintes y pigmentos han sido los principales artículos de comercio. La fabricación de prácticamente todos los productos comerciales implica el color en alguna etapa, y hoy en día se utilizan unos 9.000 colorantes con más de 50.000 nombres comerciales, por lo que una fábrica de tintes eficiente debe ofrecer una gran variedad de opciones.
Fábrica de tintes: el comienzo
Hasta la década de 1850, prácticamente todos los tintes se obtenían de fuentes naturales, más comúnmente de vegetales, como plantas, árboles y líquenes, y algunos de insectos. Las telas teñidas encontradas en las tumbas egipcias han proporcionado evidencia sólida de que los métodos de teñido tienen más de 4.000 años.
Se han realizado innumerables intentos para extraer tintes de plantas y flores de colores brillantes; sin embargo, solo una docena de tintes naturales encontraron un uso generalizado. Indudablemente, la mayoría de los intentos fracasaron porque la mayoría de los tintes naturales no son muy estables y se presentan como componentes de mezclas complejas, cuya separación exitosa sería poco probable con los métodos toscos empleados en la antigüedad.
Sin embargo, los estudios de estos tintes en el siglo XIX sirvieron de base para el desarrollo de tintes sintéticos, que dominaron el mercado en 1900 y dieron inicio a la historia del concepto de fábrica de tintes.
El colorante heterocíclico conocido como índigo es un compuesto natural que se puede obtener de las plantas del género Indigofera. El colorante heterocíclico conocido como índigo es un compuesto natural que se puede obtener de las plantas del género Indigofera.
Dos tintes naturales, la alizarina y el índigo, tienen un significado importante. La alizarina es un colorante rojo extraído de las raíces de la rubia rubia tinctorium. Otros dos tintes rojos se obtuvieron de cochinillas. Estos incluyen la coscoja, obtenida de Coccus ilicis (o Kermes ilicis), que infecta a la coscoja, y la cochinilla, obtenida de Dactylopius coccus, que vive en los nopales en México. Se puede obtener un kilogramo (2,2 libras) de colorante de cochinilla de unos 200.000 insectos. Los principales componentes coloreados de estos colorantes son los ácidos kermésico y carmínico, respectivamente, cuya similitud se estableció en 1920.
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